Publicado en la antología del II PREMIO OROLA DE VIVENCIAS 2008
La mujer es un enigma dentro de un cofre inviolable.
Es el animal más bello, aunque también puede ser el más decepcionante y frustrante.
Pese a todo la adoramos, y vivimos gracias a su atención.
Sus ojos son el espejo que ansiamos más privado.
Sus labios son el néctar más delicioso.
Su piel es la joya más preciada.
Su contacto nos estremece de pasión.
Su cuerpo es la llave de la dicha.
Pero su corazón bombea una sangre ignota e interesada.
Maravillosos son sus besos, asombrosa su intimidad, y casi siempre impensable su cariño.
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